En la mayoría de los hospitales de grandes dimensiones, de estilo occidental, el procedimiento operativo estándar requiere un consumo de energía significativo: para el calentamiento de agua, los controles de temperatura y humedad del aire en interiores, la iluminación, la ventilación y numerosos procesos clínicos que generan grandes costos financieros y emisiones de gases de efecto invernadero. Mucho más ahora durante la pandemia del covid-19 en que los hospitales llevan al límite la prestación de sus servicios. Sin embargo, se puede ganar eficiencia energética sin sacrificar en absoluto la calidad de la atención. Por ejemplo, un estudio realizado por Built Environment Lab, de la Universidad de Washington, indica que los hospitales de países como México, Panamá, Colombia, y Brasil han demostrado que pueden tomar medidas básicas para ahorrar dinero sin interrumpir sus actividades, fortaleciendo la capacidad de resiliencia de los establecimientos y así aumentando su eficiencia energética entre el 20% y el 30%. Valores que en términos económicos, pueden significar millonarios ahorros a estas entidades.
Además, la transición hacia el uso de fuentes de energía limpia y renovable reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, disminuyendo problemas de salud pública y las innumerables consecuencias del cambio climático, entre ellas, las de mayor incidencia, enfermedades relacionadas con el calor y la expansión de enfermedades transmitidas por vectores.
Las plantas energéticas que queman carbón, petróleo o gas natural, liberan pequeñas partículas que se incrustan en nuestros pulmones (partículas de materia fina), gases que irritan nuestros sistemas respiratorios (como el dióxido de azufre), y gases que interactúan con la luz del sol para formar smog peligroso (óxidos de nitrógeno). Esta contaminación se asocia con una gran variedad de serios daños a la salud, entre los que se incluyen ataques de asma, infartos y cáncer de pulmón. Las fuentes de energía limpia reducen las emisiones de partículas de materia fina (PM2.5), pequeñas partículas de contaminación que se inhalan hasta lo más profundo de nuestros pulmones.
En GreenYellow poseemos toda la experticia y experiencia exitosa en proyectos de Eficiencia Energética que reducen costos y que no requieren ninguna inversión inicial, a través de contratos de ahorro compartido que permiten que los gastos del mismo proyecto se paguen de un porcentaje de los mismos ahorros haciendo totalmente viable su implementación durante esta crisis económica tanto en el sector salud como en otros sectores.
La eficiencia energética puede salvar vidas y empresas.